Antes de la Segunda Guerra Mundial, René trabaja como aprendiz de pastelero. Cuando estalla el conflicto, logra escapar a Es­paña y luego, en 1948, llega al Ecuador en busca de paz y trabajo. A su llegada a Quito, René se dedica a preparar pan y repostería francesa en un puesto en Machachi, junto a las piscinas de Tesalia. Posteriormente, abre un salón de té y se da a conocer en el medio forjando su fama como panadero. Elabora y vende las deliciosas pastas que se fueron haciendo famosas: chimborazos, milhojas, relámpagos, tartaletas, tortas, quiché y su especialidad, el volován. Por esos años conoce a Úrsula, migrante alemana, con quien se casa y tiene dos hijos: Christian y Danielle.

Diez años después de su llegada a tierras ecuatorianas, en 1958, René Elie abre su primera panadería en el centro de Quito. Cyrano es recibido con gran acogida por la sociedad capitalina de la época.

Tras la muerte de su padre y su hermano en 2001, Danielle Elie se hace cargo de la panadería familiar, así como de la heladería Corfú. Bajo el liderazgo de Danielle, se amplía el negocio para ofrecer su delicioso pan y repostería francesa a más sectores de la ciudad; con más de 15 locales, incluyendo los Valles de los Chillos y Cumbayá.  

Cyrano cumplió 60 años, formando parte de la tradición de los hogares quiteños.