Pascua: pastores, conejos y huevos

_MG_2859.jpg

El término Pascua viene del hebreo “Pesaj” y significa “paso” o “salto”. Es una celebración muy antigua que data de la época de las tribus de pastores hebreos, es decir, la misma época de los faraones del antiguo Egipto. La Pascua, en tiempo de los pastores, era una fiesta que daba la bienvenida a la primavera y marcaba el inicio del año nuevo. Las tribus se juntaban y celebraban con comida el solsticio de primavera.

Muchos años después, los pastores nómadas de la región de Canaán fueron dominados por el Faraón Ramsés II, más o menos en el año de 1250 A.C. Cuando los israelitas lograron liberarse del yugo del faraón y escaparon al desierto, la Pascua cambió de significado: ahora recordaba la liberación del pueblo de Yahvé.

Pero la historia no termina ahí. Ya en nuestra era, los primeros cristianos celebraban la Pascua recordando la resurrección de Jesucristo y su victoria sobre la muerte, mientras los judíos continuaron conmemorando su liberación de la esclavitud de Egipto. Así, la Pascua pasó a ser la celebración más importante tanto para judíos como cristianos.

En el siglo IV Roma acogió el cristianismo como religión oficial, así que en todo el imperio se empezaron a celebrar las fiestas cristianas. Como el Imperio Romano era inmenso (iba desde el norte de África hasta Inglaterra y desde la península Ibérica hasta el Asia Menor), muchas festividades cristianas se mezclaron con las costumbres y los símbolos de los diferentes pueblos que formaban parte del Imperio.

Cuando la Pascua llegó al norte de Europa, sucedió algo que los expertos llaman sincretismo​. Como la celebración coincidía en el calendario con el inicio de la primavera y estos pueblos tenían fiestas muy específicas para celebrarla, la gente empezó a mezclar las celebraciones. Comenzaron a asociarse elementos paganos con la celebración cristiana y así, estos pueblos enriquecieron con muchos símbolos y elementos la celebración de la Pascua.

Los conejos y los huevos aparecen en este momento de la historia, pues son considerados símbolos de la fertilidad y de la primavera en muchas culturas del norte de Europa. Además, culturas como la de los persas, fenicios, hindúes y egipcios, entre sus mitos sobre la creación mundo, referían que surge a partir de un huevo. En China, Grecia y Roma se regalaban huevos al iniciarse la primavera.

Una de las primeras referencias que enlazan la tradición de los huevos de Pascua con la de los conejos se encuentra en una vieja leyenda alemana. Una viejecita solía esconder huevos de vistosos colores en su jardín e invitaba a los niños a buscarlos. Los niños, al encontrar estos huevos cerca de donde andaba una liebre, pensaron que era este animalito quien los dejaba. Desde entonces, cuenta la leyenda, los niños alemanes empezaron a colocar nidos de hojas y ramas en sus jardines para la liebre de Pascua, o nidos de ropa en las esquinas de sus cuartos. Fue tan popular esta celebración que incluso los Zares en la antigua Rusia, regalaban huevos decorados con hermosísimas joyas.

Estos huevos con incrustaciones de piedras preciosas son conocidos hoy en día como los huevos de Faberge.

Los emigrantes alemanes, que viajaron a tierras americanas, llevaron la costumbre de los huevos y liebres a Estados Unidos. En el país norteamericano la liebre se transformó en conejo, debido a que en este país los conejos son más abundantes. Con el paso del tiempo y la comercialización de la tradición, fueron desapareciendo los nidos y haciéndose más común la compra de canastillas con huevos de chocolate. Hasta la fecha, los niños norteamericanos conocen al Conejo de Pascua no como un animal que pone huevos de vistosos colores en ese día, sino como el que se encarga de repartirlos a los niños dejándolos en las canastillas o en los nidos.

En Ecuador, la Pascua se celebra al final de la Semana Santa. Durante estos días, los ecuatorianos preparamos la tradicional fanesca. Sin embargo, desde hace años, en algunos de nuestros hogares hemos incorporado la costumbre de esconder huevos y figuritas de pascua para que los niños los busquen.

Aunque la vivimos intensamente cada año, siempre es bueno regresar la vista y recordar de dónde viene la tradición que heredamos. Hoy, la Pascua es una celebración importante que se celebra en todo el mundo.

Después de este recorrido por la historia, es fácil notar que el verdadero significado de la Pascua es el que cada uno de nosotros le da. Este año te invitamos a darle a esta época un sentido de solidaridad y responsabilidad, para que, con el esfuerzo de todos, pasemos (saltemos) a tiempos mejores.


Felices pascuas de parte de todos quienes hacemos Cyrano.

Anterior
Anterior

Un Oktoberfest diferente

Siguiente
Siguiente

Brioche: una dulce historia